Entrevista Dibujante Dario Addesi

Entrevista al dibujante Darío Addesi

Hoy entrevistamos al diseñador gráfico y dibujante argentino Darío Addesi. Este joven talentoso domina varios estilos, demostrando búsqueda constante, precisión y versatilidad; por esto, el escritor Federico Beines lo eligió para ilustrar su libro infantil ¿Qué se vende en una piratería? Y lo bien que hizo.

Las imágenes que creó Darío nos dejaron hipnotizados. No sólo superó las expectativas del proyecto, sino que el artista hasta pareció reinventarse a sí mismo de una manera innovadora, logrando que cada página resulte un viaje, un descubrimiento asombroso en sí misma.

Por supuesto, no podíamos menos que entrevistarlo, pero también honrar y hacer justicia a su obra, que es una caricia para los ojos y una contraseña al VIP de nuestro corazoncito. A continuación, la curiosidad del Pulpo es correspondida por la palabra del artista.

En realidad, siempre elijo la técnica en función del resultado que busco. Si bien me formé con lápiz y papel, también soy Diseñador Gráfico y trabajo habitualmente con herramientas digitales. Tanto en la ilustración como en el diseño, siempre procuro ser versátil en cuanto a lenguajes y técnicas, y muchas veces utilizo técnicas mixtas. No busco mantener un estilo único, sino emplear un lenguaje y una impronta adecuados que sirvan para potenciar lo que se está comunicando en cada caso.

En ¿Qué se vende en una piratería?, como los cuentos están dirigidos a niños no tan pequeños, me pareció que trabajar en Adobe Illustrator con formas definidas podía sumar. Aunque empecé a bocetar los personajes a mano, siempre supe que desarrollaría las ilustraciones en Illustrator.

Admiro y me inspiran muchos artistas, pero puedo nombrar dos argentinos que me gustan mucho: Pablo Bernasconi y Christian Montenegro.

La técnica es una búsqueda eterna en la que lo único que no cambia es la observación: la observación de las formas, de la acción de la luz, de cómo reinterpretar o estilizar esas formas, darles un carácter particular y generar un universo propio. En cuanto a las influencias, cuando veo algo que me gusta, siempre me detengo a analizar cómo está hecho y cómo lo construiría yo.

Para ¿Qué se vende…? comencé seleccionando las situaciones que debían ser ilustradas en función de la narrativa. Luego imaginé cada cuadro en particular y el ritmo que debería tener la secuencia de las ilustraciones. Además, también iba a encargarme del diseño del libro, lo cual fue una ventaja, ya que pude ir imaginando las composiciones en las páginas desde el inicio y con total libertad.

El final de una ilustración es difícil de determinar. Mientras lo estás haciendo, es necesario hacer un alto y cambiar de perspectiva, o pasar a la siguiente ilustración para tomar distancia y después ver con más claridad. Es un proceso de retocar, cambiar, volver a la siguiente y repetir, etc. Las técnicas digitales permiten volver atrás fácilmente si no te gusta algo que cambiaste o agregaste, facilitando la edición y la mejora continua de la obra.

La ilustración está terminada cuando volviste a mirarla varias veces en diferentes momentos y te parece que quedó bien… O cuando no hay más tiempo, que es lo que suele suceder la mayoría de las veces, aunque éste no fue el caso porque no había una fecha límite.

Me sentí muy bien. Lo siento cercano porque considero que soy bastante naif. Pero, sobre todo, me resultaron muy divertidos y ocurrentes los cuentos, entonces, desde el principio, fue muy divertido ilustrarlos.
La primera vez que leí los relatos me reí mucho, especialmente con algunas partes como qué hace un pirata cuando está de vacaciones. Estas ocurrencias tan absurdas son las más divertidas de los cuentos para mí, y también las más placenteras para ilustrar.

A mí, dibujar siempre me resultó muy divertido. Creo que es esa diversión lo que principalmente me impulsa. Por otro lado, también me permite expresar ideas a través de un lenguaje que muchas veces es más sintético y potente que las palabras. Y también es un canal de pensamiento, de introspección y de imaginación en el que todo es posible, y eso me resulta maravilloso. No pretendo hacerme el filósofo, pero una vez intenté definir el “arte” y escribí: “el arte es la posibilidad de materializar lo imposible”. No sé si es una definición perfecta, pero sí refleja como yo lo siento.

Considero que la inteligencia artificial no deja de ser una herramienta, no más que eso: como todas las tecnologías a lo largo de la historia, tiene sus ventajas y sus perjuicios. Lamentablemente, hay otra coincidencia histórica, y es que las tecnologías emergentes tienden a favorecer el desarrollo avasallante del capitalismo y las desigualdades.

Lo comparo con la luz. La luz artificial es un invento maravilloso y, en algunos casos, ha logrado reemplazar la luz natural. Pero, si se apagara el sol, no habría vida posible.

No puedo negar que la inteligencia artificial resulta tan atractiva como controvertida. He probado algunas aplicaciones y realmente es sorprendente, aunque creo que sigue siendo limitada para el trabajo profesional. Sin embargo, en algunos casos, sí puede ayudar a resolver algunas cosas más rápido.

Personalmente, no la usaría para producciones artísticas porque tengo otra visión del arte, donde utilizar la inteligencia artificial significaría prescindir de mis sentimientos. Para mí, el proceso de elaboración es lo que más disfruto. Sería como ver solo el resultado final de un partido de fútbol en lugar de jugarlo o presenciarlo.

He visto la serie «Mejores que nosotros» y la película «Ella», que me parecieron muy buenas y bastante esclarecedoras sobre el tema. Mi conclusión es que la inteligencia artificial no puede reemplazar las emociones humanas, pero quizás pueda volver totalmente frívola a la humanidad. Creo que esa es la discusión actual.

Agradecemos a Darío Addesi por su talento, su humildad y por el tiempo que se tomó para realizar la entrevista.

Picture of El Pulpo

El Pulpo

Son ocho mis brazos, ventaja que facilita mucho la escritura, pero... ¿Sabías que tengo tres corazones, y un depósito de tinta ilimitada para publicar libros? Ah, también soy el único ser vivo de la Realeza real: a diferencia de todo el resto de los animales del planeta, mi sangre es azul de verdad. No, no vengo de otra galaxia, pero te quiero llevar.

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